27 mar 2012

LA MANCARITA

Dicen que la Mancarita es mujer salvaje que imita la voz del hombre y el llanto de los niños para engañar y atraer a la gente, y llevársela donde nadie puede saberlo, regularmente anda de noche y en la espesura de los bosques. Los campesinos describen la Mancarita como una especie de mujer salvaje, de cabellera larga y desgreñada, y de un solo seno en la mitad del pecho; de cuerpo peludo como el de los animales selváticos y los pies vueltos hacia atrás. 
A la Mancarita le gusta acercarse a las viviendas humanas. Por la noche se la oye gritar en tono lúgubre y prolongadamente. Algunos afirman que es tímida y huye apenas percibe algún ruido de gente o de perros; otros afirman que se roba a los niños y aún a los hombres. 
Los Santandereanos creen que existió una Rita manca que distraía a las gentes inventando cuentos, haciendo chismes y atizando discordias. Esta manca se dedicó a vagar los montes como un salvaje, creciéndole los cabellos y las uñas de un modo extraordinario comía raíces y frutas silvestres y huía velozmente a la vista de la gente. Tan solo de lejos se percibían sus alaridos, que eran una extraña mezcla de llanto de mujer y aullidos de perro en pena. Por la noche, cuando la oscuridad era intensa, la Mancarita se convertía en el terror de los desolados caminos, con su horroroso grito que helaba la sangre a los viajeros. La Mancarita, según la creencia de muchas gentes, influye en los chismes de la gente, enredando cuentos y haciendo profundizar las discordias. Es la deidad chismosa de nuestros campesinos.  

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